Generación tras generación

La familia Aguirre fundó esta bodega a principios de los años 30.
Desde entonces, han sido dos generaciones las que se han dedicado a la viticultura.

El vino como forma de vida

La familia Aguirre inició este proyecto a inicios de los años treinta. Fue Hilario Aguirre quien fundó la bodega homónima, viendo así cumplidos sus deseos tras una larga experiencia en la viticultura a sus espaldas.  Su hijo Ángel Aguirre ha dedicado toda una vida a esta bodega. Un saber hacer transmitido de generación en generación.

Hoy por hoy es su nieto, Ángel Aguirre Martínez, el actual director gerente y enólogo. Él ha sido el que ha acondicionado esta bodega con las últimas tecnologías, con el fin de mejorar los procesos de elaboración y embotellado. También el responsable de emprender un proceso de expansión a partir de 1998. Fruto de éste, y ante las nuevas necesidades surgidas en la elaboración de sus vinos, compra la Cooperativa San Benito enclavada en la localidad de Miranda de Arga. 

Tras la remodelación de sus instalaciones, se consigue una capacidad de dos millones de litros, instalando para el control de temperaturas en vendimia, una máquina enfriadora y el revestimiento de todos los depósitos de hormigón con resina de Epoxi para el aislamiento de este.

Se trata de un proyecto iniciado hace más de 75 años y que se encuentra en pleno proceso de desarrollo. Recientemente ha ampliado el parque de barricas hasta alcanzar más de 300 unidades comprando uvas a proveedores de la zona entre Falces, Miranda de Arga, Oteiza, Larraga, Tafalla y Olite en su mayoría utilizando la variedad garnacha y en menos porcentajes tempranillo, cabernet sauvignon y merlot.

Para sus blancos utiliza viura y chardonnay, variedades que adquieren las cualidades propias de esta zona y aportando la particularidad de la influencia del río Arga. Sacando sus principales vinos con las marcas Aguirre, Castillo de Falces, Zala y Torreón.

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